lunes, 10 de diciembre de 2012
Capítulo 12. Govinda
Govinda había escuchado hablar sobre un viejo balsero que no se hallaba muy
lejos de su estancia y decidió ansioso ir en su búsqueda. Al llegar Govinda no
reconoció el rostro de su amigo de la infancia, de su compañero de andanzas.
Siddharta hizo un comentario que puso en evidencia su identidad y pronto
Govinda intentó reconocerlo.
Luego de intercambiar palabras, Govinda le preguntó
si podía decirle algún pensamiento o iluminación que
hubiese vivido. Siddharta rio. Y le dijo que el saber podía ser transmitido, la
sabiduría no.
Capítulo 11. "Om"
Siddharta seguía con su vida de balsero y envidiaba a las personas que
cruzaba por el río, pues ellos tenían lo que él no, el amor de sus hijos. Durante
mucho tiempo siguió sufriendo por la partida de su hijo. Un día Siddharta se
encontraba reflexionando y se percató de que él ahora estaba viviendo lo que
su padre debió vivir cuando el joven brahmán decidió irse con los ascetas, y
pensó cuánto no había sufrido su padre que murió sin haberlo visto de nuevo,
ahora Siddharta el anciano lo vivía.
Tiempo después Siddharta decidió contarle todo lo que sentía a Vasudeva,
quien ya se había vuelto más viejo, le contó todo, incluso las envidias que
sentía por los otros padres y, a medida de que avanzaba en su confesión, se
dio cuenta de que no estaba hablando con Vasudeva, sino con el río mismo.
El viejo Vasudeva llevó a Siddharta a escuchar el río, después de un lapso de
tiempo Siddharta sintió que había terminado de aprender a escuchar. Luego
Vasudeva se despidió de su amigo el balsero y se dirigió al bosque.
Capítulo 10. "El hijo"
El joven Siddharta acudió, muy triste y frustrado, al funeral de su madre,
después quedó a cargo de su padre Siddharta, el balsero. A la llegada del niño
los ancianos tuvieron que repartirse los trabajos, ahora Siddharta era el
encargado del hogar y de cuidar al niño, y el viejo Vasudeva volvió a dedicarse
a cruzar gente por el río.

ricos manjares y a dar órdenes a la servidumbre, y además era muy orgulloso.
Él no aceptaba el vivir con dos ancianos, no se sentía cómodo.
Vasudeva una vez le comentó: “tu hijo no pertenece a este lugar, él debe estar
con los de su edad, con jóvenes, ¿no has pensado en llevarlo a la ciudad para que ahí conviva con niños de su edad?” Todo lo que le decía Vasudeva a Siddharta era porque lo que le diría ya había pasado por su cabeza antes.
Un día el joven Siddharta no soportó más la infinita paciencia de su padre y se soltó diciendo palabras que lastimaron a l viejo Siddharta. En la mañana siguiente el hijo escapó, era evidente que buscaba el camino hacia la ciudad, hacia su antiguo hogar.
Siddharta el balsero, no se quedó tan tranquilo y decidió ir en su búsqueda. Tuvo que construir, con la ayuda de Vasudeva, una nueva balsa y nuevos remos pues el hijo había dejado la balsa al otro lado y roto los remos, para evitar que lo siguieran.
Siddharta cruzando el río corrió para acelerar su búsqueda, llegó al jardín que antes fue de Kamala la cortesana y vinieron a su mente muchos recuerdos, estos causaron el antiguo deseo de morir, volvió en él el Sansara, se curó con el Om.
Los monjes, que se encontraban en el parque, le dejaron a Siddharta dos plátanos, el anciano no los vio. Después sintió cómo la mano de Vasudeva le tocaba el hombro, Siddharta quien estaba hundido en sus pensamientos, despertó y se percató de la existencia de los plátanos, ofreció uno a Vasudeva
y comió el otro. Regresaron a la cabaña.
Capítulo 9. "El balsero"
Siddharta decidió aprender del río, así que se encaminó hacia donde se
hallaba el balsero y le preguntó si podía ayudarlo a cruzar, el balsero, ya
envejecido, aceptó pasarlo a través del río.
El nuevo Siddharta le ofreció sus ropas como paga por haberlo cruzado. También le pidió un lugar donde alejarse y que lo
aceptara como su asistente, su aprendiz.hombre aquel con
Vasudeva aceptó a Siddharta como un huésped y le rogó le contara de dónde
venía y por qué esa ropa le era tan molesta. Así pasaron horas, Siddharta
hablando, y Vasudeva escuchando, pues era una de sus virtudes, saber

ocurrido junto al río, de cómo había intentado quitarse la vida, y de cómo el
sagrado OM lo salvó. Después de una pausa el balsero dijo que el río le había
hablado y que era su amigo, le pidió entonces que se quedará con él, le dijo
que hacía tiempo que su esposa había muerto, por lo tanto no faltaría cama ni tampoco comida.
Siddharta aceptó gustoso y le comentó sus ansias de aprender a escuchar
como él lo hacía, a lo que el anciano le contestó: ‘Lo aprenderás, pero no de
mí. El río me lo ha enseñado y por la tanto será él quien te lo enseñará’.
Así pasó tiempo, Siddharta aprendía del anciano y del río.
Se supo después de la aproximación de la muerte de Gotama, el perfecto. Por
tanto muchos monjes viajaban para ver al Buda. Entre ellos hubo una mujer
acompañada de un niño, era Kamala, la que antes había sido una de las más
hermosas cortesanas, ahora era peregrina, pues donó su jardín a Gotama y se
unió a su doctrina.
Kamala se paró a descansar por un momento, entonces dio un grito al aire,
algo la había picado, una serpiente. Vasudeva advirtió los gritos de aquella
mujer y la llevó a la cabaña. El rostro de aquel niño se le hizo familiar, y cuando
vio a Kamala, a quien reconoció de inmediato a pesar de existencia de canas
en su cabellera, se percató de que ese niño era su hijo.
Ya era tarde para salvar la vida de Kamala, le dieron un brebaje para que
recuperara la conciencia. Ella reconoció de inmediato a Siddharta, ya más
viejo, pero con la misma mirada de aquel samana que se acercó a ella hacía
más de veinte años.
Kamala murió en la misma cama donde ya hacía tiempo murió la esposa del
balsero. El joven Siddharta quedó ahora en custodia del anciano Siddharta, de
su padre.
Capitulo 8. "Junto al río"
En este capítulo Siddharta se encuentra en una desesperación, se sentía hastiado, enfadado con el mismo, llegó a tal punto que decidió quitarse la vida en el río que años atrás había cruzado encaminado a una nueva vida, allí decidió morir. Se sumergió paulatinamente en el río, convencido de que su vida terminaría allí, convencido de que por fin encontraría la paz anhelada, pero en el momento que su cuerpo estaba completamente sumergido, Siddharta escuchó una palabra, una sílaba que hacía ya mucho que sus oídos
no escuchaban, el Om. En ese momento despertó de un salto el espíritu que se hallaba dormido, después de tantos años despertó, volvió.
Después de un rato se recostó a un lado de un cocotero y se dejó vencer por el sueño, que fue tan profundo como ninguno, como hace mucho no tenía.
Despertó y sintió que habían pasado años, veía el mundo con otros ojos,
vio al lado suyo a un monje rapado con túnica amarilla, se le hizo conocido, ¡claro, era Govinda, su viejo amigo! Luego de tantos años volverse a encontrar a su fiel amigo, a su compañero de andanzas, quien lo había dejado por permanecer en la doctrina del Buda, del perfecto.
Govinda despertó y le contó que el se había dado cuenta de que el estaba durmiendo en un lugar inseguro, decidió despertarlo pero, como su sueño era tan profundo, optó mejor por hacerle guardia pero también a él le había vencido el sueño. Govinda no reconoció a Siddharta, pues este ahora vestía ropajes lujosos y calzados finos. Después de intercambiar algunas palabras, Govinda se despidió de su amigo y reanudó su marcha con los otros monjes. Siddharta comenzó a pensar, de principio no lo deseaba pero se obligó. Reflexionó que todo lo que había hecho, el sabía desde su niñez que era malo,
ahora lo había vivido. Siddharta se quedó junto al río pues sentía un gran afecto hacia él.
Capítulo 7. "Sansara"
Este capítulo relata lo que sucede con Siddhartha siendo ya un
comerciante. Siddhartha vivía como un rico, se bañaba con aguas perfumadas,
comía dos veces al día y vestía finos vestidos y calzados lujosos, pero en el
fondo seguía siendo un samana, el meditar, el pensar y el ayunar seguían
rigiendo su vida.
La gente acostumbraba visitarlo para pedirle dinero y consejos, ninguna
persona había logrado acercarse a él, solo la tan hermosa Kamala, a
quien Siddharta visitaba con frecuencia. Al paso del tiempo Siddhartha fue
adquiriendo actitudes propias de la gente rica, pero este no lo advertía, y, entre
más se iba pareciendo a los hombres más envidiaba esa virtud que nos es
dada por naturaleza: la capacidad de amar.
Los sentidos que el samana durmió por tantos años estaban despertando,
se agudizaban, a consecuencia el deseo de la búsqueda incesante del yo,
del Atman, que no es ni cuerpo ni conciencia, se apagaba. Había aprendido
a deleitarse de los platillos finos, incluso comía carnes y bebía vinos, había
aprendido a jugar a los dados y a estar con una mujer. Siddharta comenzaba a
incorporarse al mundo, ahora practicaba la lujuria, la gula, la pereza pero sobre
todo el tan absurdo pecado de la avaricia.

juego de dados. Ya no jugaba solamente por
diversión, sino que lo hacía con pasión y furia,
había llegado al límite, y fue desde ese momento
cuando el samana desapareció, se marchó de su
alma. Se encontraba en el círculo del Sansara.
Después de años sumidos en los peores pecados que un hombre pudiera
cometer, Siddharta se cansó y decidió irse,ya no quería seguir.
Kamaswami se sorprendió de la desaparición de Siddharta, pues este se
había ido sin avisar, Kamala, por el contrario ya advertía su partida. Pocos
días después Kamala se da cuenta de que quedó embarazada por el último
encuentro que tuvo con Siddhartha.
Capítulo 6. "Con los humanos"
El brahmán se dirige al sitio en donde se encontraría con el hombre de
negocios. Al llegar Kamaswami le hace una serie de preguntas que Siddhartha
contesta con inteligencia.
Siddhartha fue aceptado por el comerciante, por lo que no tardo mucho en participar
en los negocios de Kamaswami, siendo después su más sabio consejero. Para
Siddhartha los negocios no significaban nada, solo eran un juego, lo que más le
importaba era aprender los conocimientos que Kamala le podía enseñar, ese era su
nuevo objetivo, el nuevo sentido de su vida.
Kamaswami no podía aceptar la indiferencia de Siddhartha hacia los negocios,
entonces decide darle una tercera parte de los beneficios pero si ocurría una pérdida
el debía de pagar la tercera parte de la deuda. Siddhartha sigue demostrando
indiferencia hacia los negocios.
En una ocasión Siddhartha se encaminaba a un pueblo para recibir una mercancía,
al llegar se entera de que algún otro comérciate se le había aventajado y el asceta
decide quedarse unos días a descansar en aquel lugar. Cuando llega es recibido con
regaños de parte de su amigo el comerciante a quien le explica que si se hubiese
venido inmediatamente, enojado y frustrado el viaje en verdad sería una pérdida de
tiempo.
Siddhartha aun no se apasionaba con los negocios.
Kamala seguía instruyendo al joven brahmán, el seguía aprendiendo, y ella disfrutando
de la sabiduría de aquel samana y, después de un tiempo llegó a entender más a
Siddhartha que el mismo Govinda.
Un día Kamala le dice a Siddhartha ‘eres el mejor amante que he conocido y cuando
sea mayor quiero tener un hijo tuyo, a pesar de que se que eres un samana y no amas
a nadie’.
Siddhartha le contesta ‘tu y yo somos iguales, no amamos, las personas comunes si
saben hacerlo, ese ha de ser su secreto’.
Capítulo 5. "Kamala"
Este episodio relata las vivencias que tiene el joven asceta en su nueva vida.
Contemplaba el mundo como si fuese un niño, veía las estrellas por la noche, la
belleza del amanecer y la incomparable perfección de las playas de palmeras y los
montes verdes. Era algo nuevo para Siddhartha, aunque siempre habían estado allí
nunca se había detenido a observar su entorno, pensaba que solo se trataba de una
distracción, de una ilusión. El mundo era algo extraño, Siddhartha no había formado
parte de el.
El asceta reflexiona sobre el Atman y concluye que el pensamiento y los sentidos son
esenciales para encontrarse con ese yo interior, no se debe hacer menos a ninguno,
se tiene que jugar con los dos, se tiene que escuchar a los dos y los dos llevarán al
Atman.
Durante la noche descansa en la choza de un barquero. Ya dormido, Siddhartha
sueña con su amigo Govinda, quien pregunta a Siddhartha ‘¿Por qué me
abandonaste?’ Siddhartha abraza y besa a su amigo, ya no era Govinda sino una
mujer.
A la mañana siguiente le pidió al barquero que le ayudara a cruzar el río para dirigirse
a la gran ciudad. En su trayecto pasó por un pueblo, al final del camino se hallaba una
joven que lavaba su vestido arrodillada. Siddhartha la saluda y le pregunta cuánto
falta para llegar a la ciudad. Ella se levanta y camina junto a Siddhartha. Después ella
coloca su pie izquierdo sobre el pie derecho de Siddhartha, la joven estaba invitando al
asceta al placer sexual a lo que los libros nombran ‘trepar el árbol’.
Algo le había pasado a Siddhartha. Se había en el despertado el deseo sexual. Nunca
había tocado a una mujer. Estaba dispuesto a tomarla pero una voz en su interior le
dice que no. Siddhartha se retira acariciándole la mejilla.
El caminante sigue su camino y a la entrada del bosque mira una mujer acompañada
de sus criados y siervos en el bosque por el que andaba. Siddhartha se adelanta
hasta el sitio al percatarse de la increíble belleza de aquella mujer. La mujer le saluda
mostrando una hermosa sonrisa y se marcha al parque que más adelante se sabe que
es de ella.
Siddhartha siente deseos de entrar en
aquel parque pero no podía entrar así, con
el cabello largo, con barba y lleno de polvo.
Decide antes ir a la ciudad, en donde se
hace amigo del barbero y en la mañana
siguiente antes de que llegaran los clientes
le corta el cabello y la barba.
Después Siddhartha va a tomar un baño
dispuesto a visitar a la tan hermosa
Kamala. Y así lo hace.
Al llegar Kamala recibe muy bien al joven samana, el caminante le ruega que fuera
su amiga y maestra del arte que ella domina. Ella le contesta que para ello debe de ir
vestido con ropas elegantes, finos zapatos y dinero.
Kamala le pregunta qué cosas sabía hacer, Siddhartha contesta que sabe, esperar,
pensar y ayunar, además de leer y escribir.
La bella mujer le consigue una cita de trabajo con un comerciante de nombre
Kamaswami, Siddhartha agradece y se despide con un beso.
Este episodio relata las vivencias que tiene el joven asceta en su nueva vida.
Contemplaba el mundo como si fuese un niño, veía las estrellas por la noche, la
belleza del amanecer y la incomparable perfección de las playas de palmeras y los
montes verdes. Era algo nuevo para Siddhartha, aunque siempre habían estado allí
nunca se había detenido a observar su entorno, pensaba que solo se trataba de una
distracción, de una ilusión. El mundo era algo extraño, Siddhartha no había formado
parte de el.
El asceta reflexiona sobre el Atman y concluye que el pensamiento y los sentidos son
esenciales para encontrarse con ese yo interior, no se debe hacer menos a ninguno,
se tiene que jugar con los dos, se tiene que escuchar a los dos y los dos llevarán al
Atman.
Durante la noche descansa en la choza de un barquero. Ya dormido, Siddhartha
sueña con su amigo Govinda, quien pregunta a Siddhartha ‘¿Por qué me
abandonaste?’ Siddhartha abraza y besa a su amigo, ya no era Govinda sino una
mujer.
A la mañana siguiente le pidió al barquero que le ayudara a cruzar el río para dirigirse
a la gran ciudad. En su trayecto pasó por un pueblo, al final del camino se hallaba una
joven que lavaba su vestido arrodillada. Siddhartha la saluda y le pregunta cuánto
falta para llegar a la ciudad. Ella se levanta y camina junto a Siddhartha. Después ella
coloca su pie izquierdo sobre el pie derecho de Siddhartha, la joven estaba invitando al
asceta al placer sexual a lo que los libros nombran ‘trepar el árbol’.
Algo le había pasado a Siddhartha. Se había en el despertado el deseo sexual. Nunca
había tocado a una mujer. Estaba dispuesto a tomarla pero una voz en su interior le
dice que no. Siddhartha se retira acariciándole la mejilla.
El caminante sigue su camino y a la entrada del bosque mira una mujer acompañada
de sus criados y siervos en el bosque por el que andaba. Siddhartha se adelanta
hasta el sitio al percatarse de la increíble belleza de aquella mujer. La mujer le saluda
mostrando una hermosa sonrisa y se marcha al parque que más adelante se sabe que
es de ella.
Siddhartha siente deseos de entrar en
aquel parque pero no podía entrar así, con
el cabello largo, con barba y lleno de polvo.
Decide antes ir a la ciudad, en donde se
hace amigo del barbero y en la mañana
siguiente antes de que llegaran los clientes
le corta el cabello y la barba.
Después Siddhartha va a tomar un baño
dispuesto a visitar a la tan hermosa
Kamala. Y así lo hace.
Al llegar Kamala recibe muy bien al joven samana, el caminante le ruega que fuera
su amiga y maestra del arte que ella domina. Ella le contesta que para ello debe de ir
vestido con ropas elegantes, finos zapatos y dinero.
Kamala le pregunta qué cosas sabía hacer, Siddhartha contesta que sabe, esperar,
pensar y ayunar, además de leer y escribir.
La bella mujer le consigue una cita de trabajo con un comerciante de nombre
Kamaswami, Siddhartha agradece y se despide con un beso.
Capítulo 4. "Despertar"
Este capítulo trata de lo que sucede con Siddhartha después de haber
abandonado al Gotama y a su amiga Govinda. Siddhartha se da cuenta que el tiempo
pasado con los profesores y en doctrinas no había sido nada más que tiempo muerto,
desperdicio. Caminaba mientras se cuestionaba. Se sentía libre por primera vez, era
capaz de percibir el mundo, lo observaba detenidamente, oía los cantos de los
pájaros, el hablar de los ríos.
Entendió que todo lo quería aprender con sus profesores, ninguno lo enseñaría,
buscaba el Atman, el yo interior y en su insaciable búsqueda había hecho a un lado a
Siddhartha, lo había olvidado.
Siddhartha estaba decidido a regresar a su hogar con su padre y su madre, pero ¿en
su partida no habría ya perdido a su familia, a su hogar? ¡Claro que si! El ya no tenía
hogar, estaba solo. Siddhartha comenzaba de nuevo, despertaba.
Este capítulo trata de lo que sucede con Siddhartha después de haber
abandonado al Gotama y a su amiga Govinda. Siddhartha se da cuenta que el tiempo
pasado con los profesores y en doctrinas no había sido nada más que tiempo muerto,
desperdicio. Caminaba mientras se cuestionaba. Se sentía libre por primera vez, era
capaz de percibir el mundo, lo observaba detenidamente, oía los cantos de los
pájaros, el hablar de los ríos.
Entendió que todo lo quería aprender con sus profesores, ninguno lo enseñaría,
buscaba el Atman, el yo interior y en su insaciable búsqueda había hecho a un lado a
Siddhartha, lo había olvidado.
Siddhartha estaba decidido a regresar a su hogar con su padre y su madre, pero ¿en
su partida no habría ya perdido a su familia, a su hogar? ¡Claro que si! El ya no tenía
hogar, estaba solo. Siddhartha comenzaba de nuevo, despertaba.
Capítulo 3: "Gotama"
En Savathi, una ciudad, todos los niños conocían al sublime Buda, no había
ninguna persona que no hablara de él.
Cuando iban caminando Siddhartha y Govinda por Savathi, los habitantes de la
primera casa le ofrecieron comida, la cual ellos aceptaron, Siddhartha le pregunto
a la mujer que si como podrían encontrar a Gotama, ella le respondió que vivía en
Anathapindika, ahí podrían encontrarlo.
Ellos se fueron sin pedir ninguna información sobre la ruta ya que muchas
personas iban para allá, y ellos los siguieron.
Escucharon con emoción la doctrina que decía Gotama, ya que termino, Govinda
se le acerco y le dijo que si se les podía unir, Gotama acepto, después Govinda le
platico a Siddhartha él le dijo que no se iba a unir a ellos, pero que le parecía muy
bien que Govinda se les uniera porque así encontraría su propio camino, y dejar
de seguir a Siddhartha, triste Govinda, no tuvo otra opción que aceptar los hechos.
Siddhartha hablo con Gotama, el Buda, y lo veía que era muy feliz, Siddhartha
agachaba la cabeza por respeto y admiración, lo cual nunca había hecho. Así que
le sorprendió.
En Savathi, una ciudad, todos los niños conocían al sublime Buda, no había
ninguna persona que no hablara de él.
Cuando iban caminando Siddhartha y Govinda por Savathi, los habitantes de la
primera casa le ofrecieron comida, la cual ellos aceptaron, Siddhartha le pregunto
a la mujer que si como podrían encontrar a Gotama, ella le respondió que vivía en
Anathapindika, ahí podrían encontrarlo.
Ellos se fueron sin pedir ninguna información sobre la ruta ya que muchas
personas iban para allá, y ellos los siguieron.
Escucharon con emoción la doctrina que decía Gotama, ya que termino, Govinda
se le acerco y le dijo que si se les podía unir, Gotama acepto, después Govinda le
platico a Siddhartha él le dijo que no se iba a unir a ellos, pero que le parecía muy
bien que Govinda se les uniera porque así encontraría su propio camino, y dejar
de seguir a Siddhartha, triste Govinda, no tuvo otra opción que aceptar los hechos.
Siddhartha hablo con Gotama, el Buda, y lo veía que era muy feliz, Siddhartha
agachaba la cabeza por respeto y admiración, lo cual nunca había hecho. Así que
le sorprendió.
Capítulo 2: "Los samanas"
Ese mismo día los alcanzaron, Siddhartha y Govinda le ofrecieron compañía a los
samanas y también pidiéndole si se podían unir, los samanas aceptaron.
No comían, más que una vez por día, el se dio cuentas que la vida era un engaño,
y que la felicidad solo era una podredumbre encubierta. Siddhartha veía que la
vida nomas era una tortura, el solo quería no ser más él. Quería perder los cinco
sentidos para no ser más él, respirar lo menos posible, ahora era un hombre
flaco, con sangre y polvo en la espalda, Siddhartha intentaba salir de su mismo,
poniendo en prácticas las nuevas reglas de meditación.
Muchas cosas Siddhartha aprendió para alejarse de su yo, trataba de no pensar,
recurrió a todos esos métodos, y a otros, pero aun así no sirvió. A su lado
vivía Govinda, Siddhartha le pregunto que si había progresado en algo, y él le
respondió que sí, pero en realidad Siddhartha no sentía progreso alguno.
Siddhartha escucho hablar sobre el Gotama, el Buda, decían que él es el hombre
más grande del mundo, que él ya había encontrado lo que Siddhartha no podía,
así que él lo quería conocer y aprender sobre él, así que Siddhartha y Govinda
fueron con el samana y le dijeron que se iban a salir para iniciar la aventura e ir
con Gotama, el Buda. Siddhartha había aprendido muchas cosas de los samanas,
hasta lo cual supero al más viejo y sabio de todos.
Ese mismo día los alcanzaron, Siddhartha y Govinda le ofrecieron compañía a los
samanas y también pidiéndole si se podían unir, los samanas aceptaron.
No comían, más que una vez por día, el se dio cuentas que la vida era un engaño,
y que la felicidad solo era una podredumbre encubierta. Siddhartha veía que la
vida nomas era una tortura, el solo quería no ser más él. Quería perder los cinco
sentidos para no ser más él, respirar lo menos posible, ahora era un hombre
flaco, con sangre y polvo en la espalda, Siddhartha intentaba salir de su mismo,
poniendo en prácticas las nuevas reglas de meditación.
Muchas cosas Siddhartha aprendió para alejarse de su yo, trataba de no pensar,
recurrió a todos esos métodos, y a otros, pero aun así no sirvió. A su lado
vivía Govinda, Siddhartha le pregunto que si había progresado en algo, y él le
respondió que sí, pero en realidad Siddhartha no sentía progreso alguno.
Siddhartha escucho hablar sobre el Gotama, el Buda, decían que él es el hombre
más grande del mundo, que él ya había encontrado lo que Siddhartha no podía,
así que él lo quería conocer y aprender sobre él, así que Siddhartha y Govinda
fueron con el samana y le dijeron que se iban a salir para iniciar la aventura e ir
con Gotama, el Buda. Siddhartha había aprendido muchas cosas de los samanas,
hasta lo cual supero al más viejo y sabio de todos.
Capítulo 1: "El hijo de Brahmán"
A la sombra de la casa estaba ahí el hijo de un brahmán llamado Siddhartha que
muchos veneraban, el tenia a su mejor amigo llamado Govinda, Siddhartha estaba
meditando con su inseparable amigo Govinda, el quería encontrar su Atman, su
padre estaba tan orgulloso como su madre de Siddhartha ya que él iba a ser un
príncipe de los brahmanes.
príncipe de los brahmanes.
El daba alegría a todos pero él no sentía alegría en sí mismo, quería saber
muchas cosas de las cuales la no tenia respuesta, preguntaba a los más sabios
pero nadie le daba la respuesta de cómo encontrar el yo interior, el Atman. Al día
siguiente Siddhartha junto con su amigo Govinda se dirigieron abajo de un árbol
para meditar, de lo cual Siddhartha repitió murmurando Om, la palabra entre las
palabras.Pasaron varias semanas y Siddhartha vio pasar a unos hombres flacos,
agotados, era imposible adivinar su edad, tenían las espaldas cubiertas de sangre
agotados, era imposible adivinar su edad, tenían las espaldas cubiertas de sangre
y de polvo, siempre estaban solos, eran los samanas. Siddhartha le había dicho
a su amigo que quería unirse a los samanas, Govinda le dio que primero le tenía
que pedir permiso a sus padres, lo cual hizo, pero su padre le había dicho que no,
el se quedo postrado en su lugar esperando a que su padre le aprobara su petición,
lo cual hizo al final.
Siddhartha se despidió de sus padres, y junto con Govinda se dirigieron a donde
estaban los samanas.
SIDDHARTHA
Herman Hesse
Personajes principales:
* Siddhartha
* Y su amigo Govinda
Personajes secundarios:
* Papá de Siddhartha
* Mamá de Siddhartha
* Los samanas
* Gotama, el Buda
Época:
Aspectos psicológicos de los personajes:
* Siddhartha: No se sentía autorealizado, no se sentía feliz.
* Govinda: Amaba a Siddhartha, siempre estaba junto a él.
* Los samanas: Eran sabias personas.
* Gotama, el Buda: Muy sabio, feliz en todos los sentidos.
Características físicas de los personajes:
* Siddhartha: Estaba esbelto, inteligente, todas las doncellas al mirarlo aspiraban
amor.
* Gotama, el Buda: piel amarilla y gordito
Nacionalidad: Hindúes
Nivel cultural de los personajes: Alto
Ambiente donde se desarrolla: Campo abierto, selva y en un pueblo.
Tipo de lenguaje de los personajes: Coloquial
Género de la obra: Novela
Capítulos: 12
Reseña del autor
Empieza a publicar libros en 1899, y después del éxito
de su primera novela vive exclusivamente de la
literatura entre sus obras destaca: El lobo estepario,
de 1927. Gano el premio nobel de la literatura en 1946.
Su obra literaria gira en torno del problema de la
soledad espiritual, y de la vida interna, como lo muestra claramente Siddhartha.
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