lunes, 10 de diciembre de 2012


Capítulo 6. "Con los humanos"

El brahmán se dirige al sitio en donde se encontraría con el hombre de
negocios. Al llegar Kamaswami le hace una serie de preguntas que Siddhartha
contesta con inteligencia.

Siddhartha fue aceptado por el comerciante, por lo que no tardo mucho en participar
en los negocios de Kamaswami, siendo después su más sabio consejero. Para
Siddhartha los negocios no significaban nada, solo eran un juego, lo que más le
importaba era aprender los conocimientos que Kamala le podía enseñar, ese era su
nuevo objetivo, el nuevo sentido de su vida.

Kamaswami no podía aceptar la indiferencia de Siddhartha hacia los negocios,
entonces decide darle una tercera parte de los beneficios pero si ocurría una pérdida
el debía de pagar la tercera parte de la deuda. Siddhartha sigue demostrando
indiferencia hacia los negocios.

En una ocasión Siddhartha se encaminaba a un pueblo para recibir una mercancía,
al llegar se entera de que algún otro comérciate se le había aventajado y el asceta
decide quedarse unos días a descansar en aquel lugar. Cuando llega es recibido con
regaños de parte de su amigo el comerciante a quien le explica que si se hubiese
venido inmediatamente, enojado y frustrado el viaje en verdad sería una pérdida de
tiempo.

Siddhartha aun no se apasionaba con los negocios.

Kamala seguía instruyendo al joven brahmán, el seguía aprendiendo, y ella disfrutando
de la sabiduría de aquel samana y, después de un tiempo llegó a entender más a
Siddhartha que el mismo Govinda.

Un día Kamala le dice a Siddhartha ‘eres el mejor amante que he conocido y cuando
sea mayor quiero tener un hijo tuyo, a pesar de que se que eres un samana y no amas
a nadie’.

Siddhartha le contesta ‘tu y yo somos iguales, no amamos, las personas comunes si
saben hacerlo, ese ha de ser su secreto’.

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